Formatos para llevar a imprimir
A la hora de ir a una imprenta gráfica para sacar una copia física de un archivo creado por nosotros, surge la duda sobre cuál es el formato más adecuado para que dicho archivo tenga la mejor calidad posible.
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de llevar a imprimir algo a una imprenta gráfica es valorar qué tipo de archivo vamos a imprimir, pues no es lo mismo una imagen que un texto o un gráfico. También tenemos que tener claro de antemano si nos interesa que el archivo sea de gran calidad o si realmente merece la pena que sea una impresión a color en lugar de en blanco y negro.
Una vez analizados estos requerimientos iniciales, es hora de ver qué tipo de archivo queremos imprimir. Así pues, en el caso de las fotografías formato JPG, que es el que suele venir predeterminado en las cámaras de fotos a la hora de tomar una instantánea. Este formato también es el más adecuado para los montajes fotográficos, aunque aquí hay que ser más cuidadosos porque es habitual que estos archivos vengan predeterminados en PNG o incluso GIF, por lo que, aunque ambos se pueden imprimir, la calidad final será menor que si lo convertimos a un JPG.
En cuanto a los textos o a los conjuntos de datos y gráficos (que suelen ser normalmente hojas de cálculo), lo mejor es convertir el archivo en PDF, especialmente si hemos realizado una maquetación previa, pues si entregamos el formato original (DOC o ODT para los procesadores de textos y XLS o ODS para las hojas de cálculo) existe la posibilidad de que se descuadre la composición.
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